Murieron como perros. En una hondonada con el miedo pegado al paladar reseco de polvo y sangre . Murieron como perros por la ambición, el racismo y la soberbia de un coronel fuera de la realidad y del mundo. Murieron solos sin testigos ,sin gloria, sin historia . No hay más verdad que una muerte inútil sin honor ni puesta en escena.
Esa es la realidad. Lo otro es John Ford : un carruaje camino del vacío en medio del paisaje agreste, seco, duro del Monument Valley, un coronel y una chica rubia, un teniente y unos sargentos hechos de valor, de coraje y de whisky. Un destacamento militar en medio de la nada, el reencuentro, la viejas cuentas pendientes, el valor y el honor de los apaches, los políticos corruptos, la ambición y la soberbia, una historia de amor entre la chica rubia con cara de niña y el teniente, el baile que nunca puede faltar, las mujeres despidiendo a sus maridos camino del matadero, el honor del regimiento , y al final la muerte como el último acto heroico de una gran película. Entre la realidad y John Ford nos quedamos con John Ford.
En aquel cine del colegio de los sábados por la tarde descubrí a John Ford y con él al cine.
Hola Javier. Me alegra que te haya gustado mi greguería sobre «los clásicos». No conocía tu blog. A partir de ahora, y dado que compartimos la fascinación por el cine, lo seguiré atentamente. Un saludo.
Muchas gracias Carmen, encantado de que te pases por aquí cunado quieres.
Un saludo
estas pelis miticas nos impulsan , «no hay más verdad que la muerte inútil sin honor» saludos, Juan
Toda muerte es inútil aunque esté tan bien puesta escena como en esta película.Un saludo, muchas gracias
Me encanta el cine y tus comentarios son magistrales. Solo con leerlos estoy viendo la película.
Gracias Juan.
Muchas gracias, un saludo, encantado de tenerte por aquí.